Luego de que Orisha termino de entonar el Mantram que le había robado al anciano del pueblo empezó a respirar nuevamente. Le entregó a su amigo y le dijo que lo repitiera 777 veces, al terminar lo esperaría afuera para dibujar el Mandala prohibido que habían robado de la choza comunal de los Galos, el clan de las cordilleras vecinas, hace ya un año.
Sabían lo difícil que era hacerlo,habían pasado algunas lunas llenas pensando y conversando con las mujeres del pueblo para saber como dibujar los cinco círculos con Elementharios, alguna vez habían escuchado a su madre y a sus tías decir que los elementharios eran seres magicos, ahora no sabían como evocarlos, pero se les acababa el tiempo.
No podían esperar más, habían decidido que sería en esta noche, las condiciones eran las mejores desde hace algunos meses y a pesar de que no estaban seguros de lo que pasaría decidieron evocar a los espíritus de los Elementharios con las esencias de los elementos extraídas de los 4 rincones del territorio de su tribu.
Llego el amanecer y empezaron a dibujar el Mandala, para el primer círculo dicidieron usar granos de trigo y cebada para representar a Shibalba , para el segundo, inciensos, que habían recogidos en los templos sagrados, para el tercero, usaron escarabajos azules y piel de serpiente y para el cuarto, el de la mitad, usaron su propia sangre y su saliba. al hacerlo se sentieron poseidos, no eran ellos desangrandose, se sentian un pueblo entero, a pesar del dolor, debian hacerlo.
Desgastados y débiles por perder sus fluidos, se sentaron en el círculo del medio, conformando sin saber, con sus cuerpos el Quinto Elemento y empezaron a gritar con toda su Fe para que su deseo se cumpla, realmente susurraban, porque sus fuerzas estaban acabándose, sentian que su aliento se llevaba su vida, pero no importaba, se jugaban la vida repitiendo las veces necesarias, aunque en la 54 pensaban que ya no podían pronunciarlo una vez más.
¨Queremos volar!¨ decian, para eso habían trabajado sin descanso desde hace varios años, no encontraron otra forma de salir del aburrimiento, la rutina y la muerte por hambruna.
¨Queremos volar!¨decian, lo que no sabían los pequeños, era que los humanos no vuelan y para poder volar debian metamorfosiarse.
¨Queremos volar¨! decian... mientras cada célula de su cuerpo se convertía en una langosta amarilla...
Los niños tenian mucha hambre y los millares de langostas deboraron el cultivo de la región.
Todos hablaron de la plaga y prohibieron el deseo de volar entre los de su tribu.
